
Entre los tabúes sociales, los asuntos desagradables que no queremos reconocer ni ver, que molestan y preferimos esconder, está el abuso a menores, tan antiguo como la humanidad y siempre presente.
Armendáriz disecciona con un escalpelo esta problemática con una muy creíble Michelle Jenner, que representa muy bien a una chica destruida, perdida y que quiere encontrarse a sí misma en la cruel soledad de su situación.
Como denuncia consigue lo que pretende, pero quizá yo le pida algo más como película. No cae en la maniquea simplicidad de un telefilme de bajos vuelos, y el tono, la distancia, están conseguidos. Pero en mi opinión, los personajes deberían ir más lejos, pues desde mi punto de vista, una película debe darle la vuelta a los temas e ir más allá, como hace Lars von Trier, por ejemplo en Anticristo con otro tema peliagudo. Supongo que Armendáriz quiere tocar la fibra al espectador desde un medio popular y accesible, ficcionando algo que ya conocemos por reportajes y documentales en la televisión, aunque cae a mi modo de ver, en el docudrama , con un resultado bueno, correcto y mejor que en intentos anteriores, pero no tan arriesgado como sería deseable de un creador libre.
Creo que se abre un campo muy interesante, sobre todo, en la ficción televisiva, para tratar estos temas con riesgo y verdad, (por ahora, en la televisión por cable), y sugeriría humildemente que se creasen tv-movies sobre la memoria histórica, los niños robados en el franquismo y la primera democracia, los abusos de menores en la iglesia española, los gitanos en España, la explotación laboral y la corrupción política al hilo de la burbuja inmobiliaria (como en la serie Crematorio), el paro de larga duración y el paro juvenil, por ejemplo..
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