Hay películas que se salvan por unas cuantas secuencias brillantes, por una estética curiosa ó especial, por una banda sonora emocionante, por unos personajes bien contruidos ó por un momento específico que se vivió cuando se contemplaba la película. Todo sirve, es sólo Cine. Constantine crea un mundo propio y un romanticismo gótico que hacen que la película no naufrague. A pesar de ser muy criticada, también Daredevil consigue en un par de secuencias que la película sea válida y distinta. Ninguna llega a la emotividad fría de the Crow, el Cuervo, precedente en los 90 de la estética y la esencia de varias adaptaciones para la gran y pequeña pantalla de héroes del cómic. Ahora se llevan los vampiros sentimentales, tipo Crepúsculo, pero esto viene de lejos, de la novela amorosa del siglo XIX. Amores románticos más allá del tiempo y el espacio. épica de otras épocas para un mundo urbano y desmadejado, sin boyas a las que aferrarse.
Blog de películas, en una época en la que ya nadie lee blogs y donde no se sabe si el cine se seguirá proyectando en salas o sólo en plataformas, tabletas y teléfonos móviles.