Alguna verdad debe haber en la crítica que Susan Sarandon y Stanley Tucci le plantearon a Peter Jackson por esta película, ya que ellos pensaban que habían recortado demasiado sus papeles en el montaje final, y que el director le había dado excesiva importancia al "mundo bonito" de esa especie de purgatorio adolescente de la prota muerta. Al principio, tendí a justificarlo, ya que el tema es demasiado insoportable, como para aguantarlo en términos sólo realistas y costumbristas, de drama familiar ante el horror de una pérdida violenta de un ser inocente y adorable. Un asunto tan fresco en nuestra memoria colectiva, por el caso Madeleine o Mari Luz, o de Sandra Palo, tiende a hacernos ver el tono de The lovely bones como empalagoso, ñoño, hasta cursi. Nada que ver con la memorable Criaturas Celestiales, donde Jackson ya nos hacía contemplar ese desequilibrio entre mundos fantásticos e insoportablemente reales. No acaba de definirse ni de justificarse la razón de ese espíritu e...
Blog de películas, en una época en la que ya nadie lee blogs y donde no se sabe si el cine se seguirá proyectando en salas o sólo en plataformas, tabletas y teléfonos móviles.