No sé por qué, esperaba en Biutiful un relato en el universo de Pedro Páramo, un ángel caído, un arcángel exterminador, un compañero de la Santa Muerte, viajando entre dos mundos, el de los vivos y el de los muertos, por una ciudad atemporal, mestiza y que sólo existe en los sueños. Barcelona es aquí como el DF, más latina que nunca, con santos civiles en las aceras, Bardem como el Santo Job, lleno de padecimientos en su camino hacia la redención, mientras su buena voluntad llena de cadáveres sin fundamento, las olas del puerto. Su personaje, ex-yonqui arrabalero, posee sólidos valores paternales, e intenta educar a sus hijos en el buen camino, a pesar de todos los obstáculos. Todos dicen que lo mejor de esta película es el personaje compuesto y creado por Bardem, y es cierto, pues le da consistencia y credibilidad a un humano entre-tierras, que se maneja bien en situaciones ambivalentes, que no pertenecen ni al género fantástico ni al de denuncia social, un híbrido muy mexicano, que ...
Blog de películas, en una época en la que ya nadie lee blogs y donde no se sabe si el cine se seguirá proyectando en salas o sólo en plataformas, tabletas y teléfonos móviles.