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Mostrando entradas de noviembre 18, 2007

LA HABITACION DE FERMAT

Si os gustó el clima opresivo, enigmático y matemático de CUBE (y secuelas), esta es vuestra película. Si os van las trampas siniestras y las sorpresas inesperadas de la saga SAW, esta es vuestra película. Si os entusiasmó el problema físico y la ciencia ficción de PRYMER, esta es vuestra película. Si además os gusta la música del gupo LOS PLANETAS, esta será sin duda vuestra película.

EL CORAZÓN DE LA TIERRA

Sienna Guillory y Catalina Sandino, a incluir en nuestra galería de actrices favoritas. Más allá de la adaptación de una novela histórica, de unos sucesos trágicos muy poco conocidos y a tener en cuenta. Más allá del melodrama, la épica intacta de las minas de RioTinto, el romanticismo a tres bandas, la historia de amistad entre mujeres de dos mundos y las ideologías que afloraban a finales del siglo XIX y comienzos del XX, más allá de todo eso, me prevalece un sentimiento de Western. Un Western reivindicado como género español por excelencia (y aún más andaluz), porque, como dice Garci, España era toda un Western , desde Asturias hasta Andalucia, no hace tantos años. Un sentido del melodrama, del antihéroe, de la injusticia, del caciquismo, de la explotación propias del género no inventado en nuestra región, pero adoptado por multitud de culturas y elevándolo a la categoría de universal, y que en nuestra tierra se vive con especial intensidad y peculiaridad.

LA PROMESA

LA LEYENDA DE LOS GUERREROS DEL VIENTO Un barón de brillante armadura, a caballo, en mitad de una batalla de cuento, y un fiel criado, de capacidades velocistas asombrosas y proezas sólo iguales a su bondad y lealtad. ¿Os Suena? . Me recordaba a Las Aventuras del Baron de Münchaussen esta epopeya fantástica, cómica y conmovedora. Pero su caballero andante también me parecía un Quijote engañifa, pícaro y embustero, con un Sancho esclavo, fiel siervo, en realidad señor de una ínsula perdida en la nieve y del todo Quijotizado en la armadura de su señor. Hay también una Dulcinea huidiza y seductora como un colibrí, un sabio Frestón con forma de Dama del Lago, un Durandarte que envuelto en el estandarte de un señor oscuro se torna Caballero Negro, y por supuesto, un Beltenebros emisario del mal y la muerte. La pareja Quijotesca, su peculiar y cómica amistad y lealtad y su carrera (literal) contra el pasado es lo mejor de esta fábula fantástica.

EN LA CIUDAD DE SYLVIA : MÁS FRANCESA QUE EL CROISSANT

El sábado pasado me decidí a ir a la Filmoteca Española a ver "En la ciudad de Sylvia", de José Luís Guerín, dentro del ciclo de películas candidatas a los Goya del año que viene. El Cine Doré tiene mucho encanto, con su aire antiguo, su café y su librería en el hall, y la fauna cinéfila que puebla siempre sus pasillos. En la cola había mucha gente mayor, los aficionados de siempre, y mucha juventud con pinta de estudiantes de arte dramático, bellas artes ó cinematografía. Incluso un chaval que se había hecho él mismo la camiseta, algunos rastas y quizá un perro-flauta escondido en una bolsa de tela. Encantador el ambiente y muy rico el café. Así que me senté en una de esas butacas rojas que te hacen mirar al cielo, y lo primero, un plano-secuencia estático que dura 5 minutos y que refleja al protagonista, un bohemio gabacho con estética Gustavo Adolfo Bécquer, pensando lo que iba a escribir en su libretilla. Pensé : -bueno, si he podido con Manoel de Oliveira, con Theo Angel

MONTADO EN LA BALA

Riding the bullet, en España titulada Viaje a las tinieblas, puede parecer una peli de terror (otra adaptación más de Stephen King), plagada de los iconos clásicos de su mitología personal. Pues no, tiene elementos (todos) de terror, incluidos unos bocetos del gran Berni Wrigston, dibujante clásico de revistas de horror, pero esto es otra cosa. Un viaje de retorno a casa, al hogar, una huida hacia adelante, una declaración de amor por la vida ante la muerte inminente, un cuento como el de navidad con los fantasmas de las muertes pasadas, presentes y futuras, con el espíritu de los años 60 rondandonos con la fascinación por el suicidio, el morir joven y dejar un bonito cadaver y el club de los poetas muertos del pop-rock de Woodstock en nuestra cola, mirándonos desde el final de la autopista mientras hacemos auto-stop. Buenos secundarios (la gran Bárbara Hershey y el espíritu del tio Ben - Cliff Robertson- en especial) y ese modo de adaptar a Stephen King de Mick Garris, siempre a caba