
Sienna Guillory y Catalina Sandino, a incluir en nuestra galería de actrices favoritas.

Más allá de la adaptación de una novela histórica, de unos sucesos trágicos muy poco conocidos y a tener en cuenta. Más allá del melodrama, la épica intacta de las minas de RioTinto, el romanticismo a tres bandas, la historia de amistad entre mujeres de dos mundos y las ideologías que afloraban a finales del siglo XIX y comienzos del XX, más allá de todo eso, me prevalece un sentimiento de Western.
Un Western reivindicado como género español por excelencia (y aún más andaluz), porque, como dice Garci, España era toda un Western , desde Asturias hasta Andalucia, no hace tantos años. Un sentido del melodrama, del antihéroe, de la injusticia, del caciquismo, de la explotación propias del género no inventado en nuestra región, pero adoptado por multitud de culturas y elevándolo a la categoría de universal, y que en nuestra tierra se vive con especial intensidad y peculiaridad.
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