Hay un programa en La Sexta que trata de muertes absurdas y aparentemente sin sentido. Brutales, triviales, incluso cómicas en su aparatosidad. Alguna vez lo he visto, e incluso me ha parecido pornográfico en el tratamiento sensacionalista de la muerte. En este mundo de contenidos vulgares, aparecen, en un rincón perdido de Buenos Aires, dos seres desorientados. Un chino vagabundo y el personaje de Darín, llamado De Césare. A mí lo que me gusta de las pelis argentinas, y particularmente de Ricardo Darín, es su credibilidad, su cercanía, lo identificado que te sientes con esa clase media humilde y trabajadora, soñadora, que se pasea por esos barrios encallados en los años 80, lejos de las grandes avenidas del centro, y sus historias románticas a la italiana, quizá a veces algo empalagosas, pero en general, sinceras, pequeñas y bonitas. Puro cine, encantador y mágico. (Y ojo, ésta tiene la declaración de amor más emocionante de una mujer a un hombre, que he visto en mucho tiempo) (El cin...
Blog de películas, en una época en la que ya nadie lee blogs y donde no se sabe si el cine se seguirá proyectando en salas o sólo en plataformas, tabletas y teléfonos móviles.