La sensación que queda después de ver Los idus de Marzo , y creo que es  lo que la hace grande, es que luchar contra el poder corrompido es una  batalla casi perdida. Al revés que en el cine político de los 70, fuente  de la que bebe, no triunf a la justicia,  gana el interés particular del indivíduo, dentro de una pirámide  jerárquica donde los intereses y la hipocresía se vuelven más grandes de  abajo hacia arriba. Hay una secuencia formidable entre Clooney y Ryan  Gosling, un duelo dialéctico y de miradas asesinas, que es el alma  máter, el núcleo de la película. Podría pasar entre un jefe y un  empleado en una empresa, ó entre un cardenal y un sacerdote ó un maestro  y su discípulo. El alumno aventajado ve como tiene la sartén por el  mango, puede acabar cuando quiera con su antaño protector, con su  superior, y en vez de destapar la carroña,...bueno, no sigo porque no se  debe contar más. No es sólo que la política de asco, es que el ser  humano produce arcadas. La honestidad, la ...
Blog de películas, en una época en la que ya nadie lee blogs y donde no se sabe si el cine se seguirá proyectando en salas o sólo en plataformas, tabletas y teléfonos móviles.