Me da grima el tema de esta película. Me da repugnancia física aquella España franquista, pacata, represora, ultracatólica. Salgo del cine como quien sale de una pesadilla, aliviado de que ya no sea real, de que vivamos en un tiempo más libre. Grandes trabajos de todos los actores, sobretodo de los Curas, José Ángel Egido y Raúl Arévalo. Qué gran villano éste último. Me recordaba al Naranjito y a Hitler, dos curas franciscanos a los que tuve que padecer en mi infancia de EGB. Eran los ochenta, pero aún quedaban restos de esa manera tan propia de educar a palos. Los que hemos sufrido, aunque sea más suavizada por la democracia, esos modos, dogmatismos e hipocresías de la curia, lo único que deseamos es que continúe ese camino de laicismo del estado, en el que la Iglesia Católica ocupe un lugar más justo y equilibrado en la sociedad e instituciones españolas, separada y olvidada del poder político, sin influencia educadora, sólo apostólica para sus fieles y creyentes. Estaría bien aparta...
Blog de películas, en una época en la que ya nadie lee blogs y donde no se sabe si el cine se seguirá proyectando en salas o sólo en plataformas, tabletas y teléfonos móviles.