Qué poco me interesa el cine español mainstream actual, tan militante, tan solidario, político, tan ideológico. La serie B es lo que más respeto; Faro, pelis de terror, de aventura, arriesgadas, que no me digan lo que está bien y mal. No me interesa si cancelan a alguien años después de los presuntos abusos cometidos, porque el delito se diluye en el salseo mediático. Cada vez más, el cine español parece patrimonio de una determinada secta, dándole la razón a todos aquellos que durante décadas lo han satanizado. En este país enfermo y tóxico, nada es para todos los españoles. Ni la bandera, ni la monarquía, ni la selecciones deportivas, ni las grandes empresas, ni el cine. Es un país que te mancha y oprime, no dejan libertad de pensamiento. Tienes que comulgar con ruedas de molino para que te dejen pertenecer a algo o simplemente currar de lo tuyo. No nos hace falta una dictadura, en cada grupúsculo hay una línea roja y un catecismo.
Blog de películas, en una época en la que ya nadie lee blogs y donde no se sabe si el cine se seguirá proyectando en salas o sólo en plataformas, tabletas y teléfonos móviles.