

A DOOMSDAY le faltan los prejuicios pacatos "para todos los públicos" que a menudo arruinan un buen proyecto como este, es libre y no oculta su marcada serie B, no aspira a superproducción descafeinada de la temporada. El camino de Marshall creo que entra en una nueva fase ahora: la de continuar en el cine de género como el tozudo e independiente Carpenter o la de abrirse a los grandes estudios (su nombre suena - con criterio acertado- para revitalizar al mencionado bárbaro cimmerio) y plasmar su visión en grandes producciones como ha hecho Sam Raimi. El cine siempre es riesgo.
Comentarios