
Como te lo digo, al comienzo de esta película esperaba ver a Emmanuelle o a un personaje de Tinto Brass haciendo de las suyas en la Holanda ocupada por los nazis, y me encuentro con una mezcla de Desafío Total, Show Girls y quizá Delicias Turcas o cualquiera de las películas holandesas anteriores de Verhoeven, pasadas por el tamiz de Hollywood, o sea, entretenidísima y malilla a más no poder. Enganchan las putaditas que le hacen a la pobre protagonista oxigenada en todo el metraje, una detrás de otra, traicionada sin límite y a veces sin sentido. La rubia holandesa, guapa, expresiva y buena actríz, se mete en unos fregaos impresionantes y tiene la misma personalidad que tantos personajes femeninos de Verhoeven, frívola, mujer de acción, sensual, buena persona y algo casquivanilla. Es gracioso que Verhoeven vuelva a su tierra y no haga mejor cine, lo que está claro es que refleja muy bien las miserias del holandés medio como ser humano normalito que es como todos. Tiene momentos ridículos como debe ser, se disfruta qué cojones.
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