En la película Mientras seamos jóvenes, una pareja de cuarentones neoyorquinos sin hijos, adictos a los móviles, redes sociales, ipads, etc.., conocen a una pareja de artistas hipsters veinteañeros que escriben a máquina, que no consultan internet, que escuchan vinilos, que juegan al parchís, que hacen fiestas en la calle, y lo que más sorprende, el chaval joven realiza un documental sobre quedar en vivo y en directo con un antiguo compañero de colegio que le envió una solicitud al facebook. Se traslada a su ciudad natal, llama a la puerta de la casa de los padres de su antiguo compañero y pregunta por él, en lugar de responderle por facebook. Genial.

Todos queremos que se nos pegue algo de la juventud, aunque rechine. Recordamos cuando las cosas eran de otra manera, pero vivimos atrapados por la tecnología. Se nos ha olvidado jugar y criar a nuestros hijos.
Un viejo colega de mi ciudad natal dice que odia las redes sociales y las nuevas tecnologías, pero tiene móvil, wassap, facebook, blogs, youtube, vimeo, linkedin, etc..
Mientras escribo esto en mi teléfono móvil, veo a mi hija gatear y jugar sola.
Me entran remordimientos y me la llevo al parque. Tengo 42 años.
https://www.youtube.com/watch?v=1mMCBZzk98I Another thought

Todos queremos que se nos pegue algo de la juventud, aunque rechine. Recordamos cuando las cosas eran de otra manera, pero vivimos atrapados por la tecnología. Se nos ha olvidado jugar y criar a nuestros hijos.
Un viejo colega de mi ciudad natal dice que odia las redes sociales y las nuevas tecnologías, pero tiene móvil, wassap, facebook, blogs, youtube, vimeo, linkedin, etc..
Mientras escribo esto en mi teléfono móvil, veo a mi hija gatear y jugar sola.
Me entran remordimientos y me la llevo al parque. Tengo 42 años.
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