
James Purefoy se confirma en TEMPLARIO como héroe de fantasía épica con sabor británico, tras protagonizar SOLOMON KANE, de la cual también coincide con otro actor más secundario, aquí arquero, en aquella desquiciado sacerdote, y sobretodo recordado por la saga Disney PIRATAS DEL CARIBE como esmirriado pirata y alivio cómico.
La historia es de una crudeza sangrienta admirable, sin concesiones comerciales para todos los públicos, aunque se hubiera agradecido una explosión de erotismo explícito (al menos en una escena concreta) al estilo sucio de Jean Jacques Annaud en EL NOMBRE DE LA ROSA, que sirviera de resolución a una tensión sexual patente e intensa entre el sacerdote guerrero Marshall y el personaje de la siempre cautivadora Kate Mara

Grandes actores les acompañan en roles importantes, como Brian Cox, Derek Jacobi, Jason Flemyng y Charles Dance, además del adecuado (por exagerado) histrión shakesperiano Paul Giamatti como villano y la agradable sorpresa que es Vladimir Kulich, retomando su personaje de jefe vikingo que bordara en EL GUERRERO Nº 13.
Por otro lado, se ha incidido mucho en la condición de serie B de la producción, pero pese a sus posibles defectos, esta es impecable, y si ejemplos de cine épico como este y la reciente CENTURION son considerados menores, desde luego están enseñando en ocasiones a las superproducciones de estudio cómo hacer buenas películas de género que perduren.

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