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TROPIC THUNDER : La humildad del arrogante


No es que esta película sea humilde, pero parodia el filofascismo del cine bélico americano arrogante y prepotente.
Plantea, siguiendo avant la lettre, como se hace una producción comercial yanqui de las de ahora. Un productor autoritario, medio judío y peludo de Hollywood contrata a un director europeo indy y medio loco, y a un plantel de estrellas variopintas, cómicos en decadencia, actores del método y jóvenes promesas desorientadas más la cuota negra de turno, y los lanza a una aventura, que homenajea a Apocalipsis Now, y que deviene en acción y muerte real en la selva.
Muestra el impacto global de las producciones americanas, hasta las más estúpidas, en el resto del planeta, y como, en el fondo, aunque como imperialistas del dinero que son, llenándonos todas las pantallas del globo con su inmundicia, cumplen con su cuota de cine de entretenimiento para el mundo.
Reyes del cinismo en una industria decadente, el productor, buen ejemplo de esto, adopta el rictus y el discurso de un presidente (Bush) belicista y agresivo para rescatar a su estrella en apuros. Agentes que venden a sus madres por tener un buen jet privado, la mafia de los oscars y los papeles premiados de retrasados mentales (siempre que no sean demasiado retrasados), la dictadura del espectáculo para que la maquinaria del éxito y el glamour siga girando y el productor (un Tom Cruise en gracia) pueda bailar como un gorila riéndose del mundo y nadando en dinero, mucho dinero.
Sin ser una gran película, da que pensar. No creo que su intención vaya más allá de lo que cuenta, los entresijos de la industria norteamericana y su visión economicista del mundo (con la crisis financiera actual, todo esto queda más claro), pero vista desde fuera, con la óptica de un europeo, plantea temas más serios, porque ayuda a entender esa agresividad americana, ese imperio del dólar sin corazón y poca conciencia, y de cómo ven el mundo como un mercado, un mall gigantesco donde vender sus productos y enriquecerse. Da miedo y uno desea que sean sustituidos pronto por China. (No mucho mejores, supongo.)

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