
No he visto la primera versión austriaca, lo que puedo decir de esta es que es entretenida, la más entretenida de las películas de Michael Haneke. Heredera o contemporánea de Asesinos Natos, Elephant, Henry retrato de un asesino, La Naranja Mecánica, etc.., no aporta nada nuevo al tema, pero sí al discurso cinematográfico. Película consciente de sí misma como artefacto de ficción, los psicópatas pijos miran a la cámara y hacen partícipe al espectador de sus juegos perversos. Maneja el código del género, de la serie b, para introducir otros aspectos de la realidad en la ficción : el crimen no paga, los protagonistas burgueses no tienen opción de defenderse, la violencia gratuita no proviene de gente marginal o justificada por pasados traumáticos, es un juego y ya está. Reflexión que siempre se compara a las películas típicas del género, su violencia es moral porque no busca entretener, es vacía, aunque los personajes psicópatas nos la quieran vender como una montaña rusa, una intriga alimentada para nuestro morbo. Pero como alegato ya está superado. Lo que consigue al final, es ser otra película más sobre el asunto, con la novedad de crear dos nuevos psicópatas que añadir a la lista de asesinos cinematográficos. Estos dos molan porque son implacables, supereducados y terribles. Que no te pillen nunca. Además, si eres pobre, no te dan mucha pena esos burgueses ricos a los que torturan hasta la muerte. Eso es lo que da más miedo.
*Estos pijitos del horror son muy parecidos al joven amante sádico de la pianista madura en su mejor obra, La Pianista.
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