

En Expediente X:Creer es la clave, tengo la sensación de que la vida nos ha robado el núcleo de la historia de amor de Fox Mulder y Dana Scully. Las últimas temporadas de la serie les sometieron a unas pruebas durísimas (largas abducciones, paternidades frustradas, muertes en la familia por doquier) de las que un romance incipiente derivó demasiado pronto en una pareja en crisis permanente, pese a la fortaleza de sus lazos y la lealtad que se profesan.
Por eso, la pareja protagonista son lo mejor de esta película, y su romance un epílogo a la que comenzaron en la tele, más estable y más serena.
Compañeros y colegas a pesar de todo.
Con todo, la fé es el centro de la historia, fé en uno mismo, fé en el otro, fé en las incógnitas de la vida, y la forma de afrontarla en un mundo tan oscuro como este (tan oscuro como el de MILLENIUM, la serie hermana de XFILES en los 90).
Esperaba una reactivación de la franquicia para próximas entregas, y he tenido la sensación de que es un último capítulo, seguramente innecesario salvo en lo sentimental. Aún así, la puerta está abierta, la saga fílmica de Star Trek parecía concluir en su quinta entrega (LA ÚLTIMA FRONTERA), pero la vieja guardia del capitán Kirk volvió inesperadamente (por su masivo éxito en los USA) en dos entregas más que dieron el relevo a la nueva generación.
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