Ayer domingo, día 17 de Enero, me topé de bruces con Jim Jarmusch y un reducido equipo hispano-estadounidense, rodando una secuencia en las escaleras mecánicas de salida de la Estación de Atocha. Desconozco si era el rodaje de una película o de un cortometraje. Lo que me fascinó fue que rodara como el indy que es, sin acotar el lugar de rodaje, cámara al hombro, y la gente normal pasando a su lado sin saber quién era aquel tipo alto de pelo blanco con pinta de guiri. Esas cosas a veces suceden en Madrid, la vida se mezcla con la ficción como si nada...
Ayer domingo, día 17 de Enero, me topé de bruces con Jim Jarmusch y un reducido equipo hispano-estadounidense, rodando una secuencia en las escaleras mecánicas de salida de la Estación de Atocha. Desconozco si era el rodaje de una película o de un cortometraje. Lo que me fascinó fue que rodara como el indy que es, sin acotar el lugar de rodaje, cámara al hombro, y la gente normal pasando a su lado sin saber quién era aquel tipo alto de pelo blanco con pinta de guiri. Esas cosas a veces suceden en Madrid, la vida se mezcla con la ficción como si nada...
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