
Todavía hay quien cree que el cine español debe ser un género, y que, como el Rock, debe volver a las oscuras cuevas de las que salió. El cinéfago en cambio es como los caníbales sibaritas de OMNIVOROS, un espectador curioso, partícipe de films que tal vez no son los más conocidos y alabados, a menudo con razón, pero que tienen un sabor nuevo o reconocible que aportarle.
OMNÍVOROS comienza un tanto irregular, incluso deficiente, pero poco a poco nos va introduciendo en una buena idea ejecutada correctamente, una vez asumida su condición de pura serie B. En manos de un enfant terrible del cine actual, un prodigio como el sorprendente Amenabar de TESIS o un Rodrigo Cortés con mayores medios materiales para el film éste habría destacado por encima de la media. Sin embargo, basta para saciar mi hambre de carne y fantaterror, como un buen corto o una meritoria peli de los 70.
El resultado final general es justito, demasiado. Ni las actuaciones ni la realización dan para más. Es lo bizarro del film lo que mejor funciona, encajado en un argumento demasiado conformista, probablemente a su pesar. Con todo una peli que puede pasearse dignamente por festivales de cine internacional de género, donde los paladares están acostumbrados a historias y tonos de todo tipo.
Cuanto más se ha normalizado la variedad de propuestas del cine nacional menos militante me he vuelto como espectador, buscando únicamente lo que de verdad me apetece, como debe ser. Ahora que la "industria" vuelve a atravesar serias dificultades, pero disponiendo creo de mejores y más variados mimbres temáticos que abordar, la curiosidad vuelve a picarme.
Comentarios