Las voces narrativas de ese inconsciente colectivo que reconocemos desde "La delgada línea roja", aquí se nos presentan en su máximo esplendor emocional, aunque pienso que la película funcionaría también si careciese de sonido. No me acabo de creer a la pareja Ben Affleck /Olga Kurylenko, pero sí a un Bardem que reflexiona sobre su crisis de fe y el silencio de Dios. La pareja anterior es demasiado bella, y las imágenes que reflejan su periplo de amor y desamor son excesivamente estéticas, de postal. No tengo claro del todo si Terrence Malick ha querido expresar el contraste entre el amor profano, de pareja y el amor espiritual, de entrega, hacia la creación, o si nos quiere mostrar que todo amor puro es divino y espiritual. No lo sé, pero lo que sí me queda claro es que Malick nos lleva por una búsqueda imperfecta de la Maravilla, de la luz del faro que apenas divisamos en el horizonte, y en cuyo camino nos hallamos, siempre insatisfechos. Cada cual expresa su ansia de amor a su manera, única. Quizá es la película más conscientemente terrenal del autor, porque Malick parece que asume su limitación, que no es más que la frustración humana ante la imposibilidad de fundirse con la Divinidad. Aún así, el sacerdote que interpreta Bardem, reflexiona con una voz en off en español, sobre la entrega, el servicio al otro, aunque no veas a Dios por ninguna parte.. A pesar de todo, imprescindible..
Blog de películas, en una época en la que ya nadie lee blogs y donde no se sabe si el cine se seguirá proyectando en salas o sólo en plataformas, tabletas y teléfonos móviles.
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