"Los juegos del hambre" es una fábula política, una distopía sobre un mundo totalitario, demasiado cercano a lo que se está convirtiendo nuestra sociedad de clases. Me ha gustado el tratamiento "adulto" de la muerte, la competición y la brutalidad, y esa tristeza desesperanzada de los protagonistas, que desde el principio asumen con entereza y madurez, a pesar de su juventud, que están entrando en un matadero..
Demasiado real, apabullante y efectiva es la estética de campo de exterminio, con los jóvenes separados de sus familias, puestos en fila para ser identificados por guardias nazi-fahrenheit 451, mientras son sorteados para ser llevados al campo de la muerte-sociedad del espectáculo de una decadente élite social ataviada con ropas del Antiguo Imperio y de la corte francesa pre-rrevolucionaria, pelucas incluidas. Brillante Fuga de Logan moderna, que bebe de películas anteriores, que tiene muchos referentes, pero que consigue lo que pretende, que te sientas identificado y que pienses, entre otras cosas, si no es mejor la colaboración entre las personas que la feroz y asesina competitividad entre pobres y miserables, azuzada por una clase dominante cruel, implacable y manipuladora. Tremenda.
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