Pese a que DEATH RACE 2 es una producción de la división de cine doméstico de Universal Pictures, no tiene nada que envidiar en espectacularidad a su precedente, desmarcándose por su calidad visual de lo que se entiende habitualmente como un producto exclusivo para el mercado del dvd, por otra parte lleno de filmes de una calidad media estimable en cuanto a medios de filmación, dignos de la poderosa industria audiovisual a los que pertenecen.
Es más, la libertad que otorga un formato menos ambicioso económicamente probablemente favorece que DEATH RACE 2 pise el acelerador y vaya un poquito más allá que la peli anterior en cuanto a oscuridad, violencia y provocación en su género, si bien la historia protagonizada entonces por Jason Statham ya ofrecía unas correctas dosis de todo ello con un acabado comercial y liviano compatible con sus planteamientos propios de un filme ochentero a lo John Carpenter, más que a la cruel sátira que fue el film fundacional de Roger Corman con David Carradine y un joven Silvester Stallone.
Desconociendo la historia que la película ofrece, en un principio parece que asistimos a una especie de remake-secuela de lo anterior que no lo toma demasiado en cuenta pero con el que guarda muchas semejanzas, cosa habitual en el género. Sin embargo, conforme la acción avanza, se hace palpable que no es una vertiente oscura del primer filme, sino una currada precuela en toda regla que nos narra el origen de Frankestein, el rol protagonista que asumirá Statham posteriormente. Luke Goss, el que fuera mitad del dúo musical Bros en los 80 e ídolo juvenil, prolonga su carrera como actor tras destacar en los filmes de Guillermo del Toro Blade 2 y Hellboy 2:El ejército Dorado, y está más que adecuado en la carismática creación de este Darth Vader del volante futurista y fatal destino.
El realizador Roel Reiné, responsable de 25 títulos hasta la fecha, incluida una añun inédita tercera entrega de DEATH RACE, comenzó su carrera en los Estados Unidos al parecer aconsejado por Paul Verhoeven, y demuestra un pulso digno del mejor Jan de Bont, el de SPEED, con un presupuesto suficiente pero seguramente más limitado.
Reiné, también como cámara y montador de sus cintas, aporta en DEATH RACE unos extras muy interesantes y entretenidos, como un montaje acelerado de planos alternativos no usados en la película y un making of atractivo y didáctico.
DEATH RACE 3:INFERNO, parece por su avanze continuar donde queda este DEATH RACE 2, repitiendo prácticamente todo su reparto, y prolongando el concepto de precuela para ampliar la franquicia al modo que ocurre también con la saga FAST & FURIOUS, que empezó como tal de forma poco interesante para ir paulatinamente mejorando en sus resultados cinematográficos.
Gracias a la honestidad, coherencia y habilidad de su ejecución, ahí estaré para ver DEATH RACE 3.
Blog de películas, en una época en la que ya nadie lee blogs y donde no se sabe si el cine se seguirá proyectando en salas o sólo en plataformas, tabletas y teléfonos móviles.
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