ASESINOS DE ÉLITE cuenta una historia que es algo así como una versión inversa del MUNICH de Spielberg. Una versión más convencional y centrada en la acción para el lucimiento de su protagonista, pero muy conseguida y atractiva. Parte de las guerras secretas en oriente medio a principios de los años 80 por la crisis del petróleo, donde al parecer las fuerzas especiales británicas tuvieron un papel interesado y nada adecuado para una democracia avanzada y desinteresada como alguien pudo suponer alguna vez que fue el Reino Unido. Una sencilla trama de jeques vengativos y mercenarios acorralados que se complica sólo en apariencia y se resuelve con la solvencia de un buen western clásico.
Este filme de mi ciclo doméstico de lo más nuevo de Jason Statham, que no es poco este año, se basa libremente en un libro editado en 1991 acerca de las actividades ilícitas de los SAS británicos en Omán por los intereses petrolíferos, inmiscuyéndose en una guerra tribal entre jeques. En el filme, la venganza de uno de estos señores de la guerra del desierto llega hasta Europa. No está mal si os resultan atractivos este tipo de temas como a mi. Y a Robert de Niro también parecen gustarle estas tramas de agentes secretos tan similares en ocasiones a las de las mafias de sus pelis más célebres, ya que dirigió hace años la destacable EL BUEN PASTOR, sobre la fundación de la CIA, que pretendía continuar más adelante.
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