
Una película de vampiros en la que aparezca Willem Dafoe y no encarne a uno resulta extraña. Por eso DAYBREAKERS puede parecer rara, ya que interpreta algo más insólito, un exchupasangres.
Advertido por amigos y conocidos, además de por la reseña publicada
AQUI, miro el film con nulas expectativas, fresco en la memoria el grato descubrimiento que fue el primer largo de sus directores, la muy divertida y ligera UNDEAD, film de zombis en las antípodas, previo (por los pelos, creo) al nuevo auge del género. DAYBREAKERS quizás no resulte tan refrescante, pero comparte con UNDEAD sus influencias del cine de género y serie B de los 80, en aquel caso especialmente la saga de Posesión Infernal y el más desmelenado George A. Romero. Pero UNDEAD respiraba un sano aire de comedia con grandes momentos (aquel tiroteo del tipo desnudo clavado boca abajo con sus espuelas al techo o la frase que espeta el histérico poli de pacotilla con pantaloncitos cortos:
-"¡¡ Mecagoentiiiiiii!!").

En DAYBREAKERS se elude el humor y también el muy estilizado cine de acción vampírico más reciente tipo BLADE o UNDERWORLD y se recurre a una sencillez de gore autoconsciente más cercana al estilo de John Carpenter, (que también influye en el cine del británico Neill Marshall, artífice de las más redondas DOG SOLDIERS y DOOMSDAY, entre otras, auténticos films de los 80 realizados en el nuevo siglo) aunque lastrada quizás por un exceso de seriedad en su propuesta y mensaje que dilata puede que demasiado algunas situaciones en su precipitado argumento. Pese a ello, no carece de algunos pequeños hallazgos y resulta muy entretenida, siempre que su reparto de relumbrón (un cast que por otra parte hace todo tipo de pelis) no genere cualquier tipo de expectativa en el espectador más allá de pasar un ratito, apenas una adecuada hora y media, distraído.
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