
Cuando se dice que George Clooney tiene algo de Cary Grant, Clark Gable ó cualquiera de esos galanes clásicos, no es gratuito. Clooney es su heredero natural y hace películas, comedias o dramas que comparten ese espíritu antiguo, de diálogos chispeantes, dinámicos e interpretación honda e intensa. En Up in the Air, dirigida por el hijo de nuestro admirado e impagable Ivan Reitman, hay personajes femeninos actuales, nada alejados del prototipo encarnado por Kathryn Hepburn, y se respira ese aroma a cine bueno, clásico americano que perdurará. Atrapa perfectamente el Zeitgeist, el espíritu de este tiempo, la crísis económica en América, el mundo empresarial despiadado e inhumano, donde, a pesar de todo, todavía queda gente que trabaja y actúa con el viejo estilo humanista del siglo XX. En este mundo de controles estrictos en aeropuertos, prisas, hoteles clones y líneas aéreas de bajo precio, de despidos masivos donde "no hay nada personal", aún es posible la creatividad. En esta comedia que nada tiene que envidiar a las tramas empresariales estilo Glengarry Glenrose, o incluso Muerte de un viajante (hay un pequeño homenaje a Arthur Miller casi escondido), brilla más que nunca este galán, que forma una de las parejas más entrañables con su jóven e insegura ejecutiva discípula, y posiblemente Clooney será nominado a los Oscars este año por esta película, por lo menos creo que se lo merece. Tiene momentos muy brillantes, dignos de una peli de los Hermanos Coen, que junto a Tarantino y otros más, serán recordados en el futuro como esos directores también clásicos que continuaron el Hollywood de siempre.
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