
Aunque nunca han sido mis favoritos, los superhéroes velocistas siempre me han gustado. Al menos desde que con 6 años entre corriendo en el aula del colegio desde el recreo gritando un improvisado ¡¡ superrrayooo!! Para quedarme pasmado delante de todos los compis ya sentados y en silencio frente a un serio Don José y la inesperada visita del obispo de la ciudad. SuperRayo tuvo que dar media vuelta y volver a entrar en silencio, despacito y con la cabeza gacha, pero antes de saber que había veloces héroes de papel ya había invocado el nombre de uno.
LIGHTSPEED es quizás el más reciente de estos supertipos con un poder tan previsible y obvio, y no ha aparecido en ningún cómic (que yo sepa), sino en un modesto telefilme del canal Scifi con tintes de episodio piloto.
Creado por el gran Stan Lee (productor ejecutivo del asunto) e interpretado por Jason Connery, el héroe emplea sus híper velocidad al estilo del FLASH de la entrañable teleserie de los 90 y pelea como un POWER RANGER, con los que comparte el look cercano a un esquiador que practique patinaje artístico. Curiosamente la ya manida y desfasada radiación que abundaba en los cómics Marvel de los años 60 forma parte del origen del don del protagonista, mientras que el más actual ADN y la genética lo hacen de su enemigo. El villano de la historia es Python, un terrorista reptiloide (de origen bastante similar al del LAGARTO de los tebeos de SPIDERMAN aunque más bien con la mala leche del escamoso asesino KILLER CROC , enemigo de BATMAN) de llamativo aspecto que practica una chapucera violencia excesiva muy propia de la serie B a la que el film pertenece pero quizás innecesaria para un
producto que puede interesar principalmente a un público mayoritariamente infantil. Su destartalada incorrección y la sensación que transmite de desenfadada ligereza en la que casi todo pasa un poco porque sí le confiere un aire inofensivo con el encanto de un ingenuo superhéroe de barrio como el de las producciones que en los 70 y 80 imitaban descaradamente al entonces potente SUPERMAN cinematográfico, caso de aquel divertido y patrio SUPERSONIC MAN. La tele y el DVD recuperan este cine simple de consumo rápido, poco exigente y agradecido de seriales con esquemáticos argumentos y escasas aspiraciones, pero de gran calado sentimental en la memoria de los zagales, al menos hasta ahora que la oferta audiovisual está mucho más diversificada y algunas producciones televisivas del género (caso de HÉROES) gozan de abultados presupuestos aunque no siempre sean accesibles e interesantes para el público más menudo. Así que, hasta que los velocistas escarlatas de DC o los menos abundantes de Marvel (como el Zumbador, Mercurio o su sobrino Veloz) den el salto a la gran pantalla,
LIGHTSPEED comparte con el secundario IMPULSO de SMALLVILLE (donde el propio Kal-El aún se dedica a correr con rapidez supersónica en lugar de volar) el título de los héroes más veloces en imagen real, a los que sin embargo no se les saca el partido de sus originales y estáticas contrapartidas de tinta, generalmente mucho más adultos, originales y épicos cuando la historieta lo requiere.
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