
V vuelve con espíritu redivivo, y yo, que viví la serie original siendo un niño en los 80, lo agradezco. Esta es distinta, el mundo ha cambiado en 20 años, y se centra, como ya se vislumbraba en la serie anterior, en las consecuencias de la exo-política, o sea, en las repercusiones sociales y políticas de una presencia extraterrestre. El papel de los mass-media se amplifica, ya eran importantes en la serie de los 80, con un cámara como protagonista. Ahora, es un presentador estrella que tiene que lidiar con los políticos experimentados y populistas que son ya los lagartos. Si la primera V pudo ser una metáfora de un mundo dominado aún por la guerra fría y la memoria de los nazis, en esta, todo se mezcla, el fascismo de las multinacionales, de cierta clase de política, de células terroristas, incluso de la religión fundamentalista de masas, puedes interpretarlo como quieras. El primer episodio está muy logrado, aunque el segundo es ya más convencional, donde abunda más el tipiqueo. Los lagartos están mucho más infiltrados en la sociedad y tienen sus neuras casi humanas. Ver para creer.
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