
PANDORUM comparte una premisa inicial común con producciones tan diferentes como PERDIDOS EN EL ESPACIO y PLUTÓN BRB NERO: la búsqueda de un nuevo mundo por colonizar ante una situación crítica e insostenible en la Tierra de superpoblación y escasez de recursos. A partir ahí todo son felices diferencias. PANDORUM transcurre por los cauces de la ciencia ficción terrorífica con reminiscencias de oscura fantasía heroica, mostrando - al igual que la también radicalmente divergente sit-com ENANO ROJO - una longeva nave espacial gigantesca como marco de una evolución total de las especies en una huida hacia delante y en desbandada de la condición humana.
Quizás, al igual que la igualmente estimable serie B que es OUTLANDER, reseñada también en este blog, su historia pueda imaginarse como una fábula que podría inspirar leyendas de la “posterior” mitología nordica y universal en clave de ciencia ficción.
Un estimulante delirio en el que Dennis Quaid toma partido, como viene haciendo en el cine comercial con títulos de género fantástico de buen recuerdo al menos en las últimas tres décadas.
La producción europea de Constantin films se hace evidente en detalles y ambientaciones marca de la casa, que en este caso recuerdan poderosamente a la del videojuego DEAD SPACE, con el que comparte algún punto argumental aislado, y con algún guiño como esa referencia a Brandemburgo.
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