
SAUNA se deja ver con interés constante tanto por su escueta duración (de agradecer) - apenas hora y veinte - como por lo exótico de su propuesta. Es un film coproducido por Finlandia y la República Checa acerca del final de las guerras fronterizas entre Rusia y Suecia en el siglo XV, y de una comisión mixta que trazaba las nuevas fronteras entre ambos reinos hasta encontrarse en un bosque a un horror primigenio con forma casi de monolito clavado en un pantano como un grito de piedra en el ánimo de los personajes, devastados por décadas de atrocidades y enfrentados ahora a la locura y desesperación de sus conciencias. Buena factura para un film diferente, que aborda sin embargo situaciones que hemos visto con desigual fortuna en films de terror recientes. Una curiosidad a tener en cuenta.
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