
PUNISHER WAR ZONE es un frenético film de acción gore rabiosamente entretenido, de sencillo argumento que se hace corto y mucho más fiel a la esencia de los cómics que lo inspiran que sus precedentes.
Es todo lo que la versión de los 80 que protagonizó Dolph Lungred quiso ser, y también lo que la aún reciente peli con Thomas Jane como el Castigador debió ser. Partiendo de un protagonista (encarnado por Ray Stevenson con solvencia y acertada economía gestual) que, esta vez sí, respeta los orígenes: es vital comprender que Frank Castle no fue un agente de la ley que perdió a su familia (asesinada) a causa de su trabajo, sino un simple excombatiente del ejército cuya mujer e hijos son acribillados en Central Park por pura mala suerte. Es el sinsentido del azar el motor inicial de la impotencia que colma al Castigador.

Una obra maestra de serie B en su género, probablemente de culto entre los aficionados a un cine de acción tan extremo como el de los 80 que probablemente Hollywood ya no suele hacer igual. Diría que su previsible éxito en DVD (no se ha estrenado en cines aquí) pueda conseguir que la franquicia no se frustre de nuevo - tras su, al parecer, estrepitoso fracaso en su país de origen - pero lo cierto es que no conozco a nadie que haya comprado ni alquilado el DVD original (creedme, yo lo intenté con insistencia, pero ninguno de los escasos videoclubs de mi ciudad distribuyó la peli, que finalmente un amigo me dejó), y eso puede ser un clavo más en el ataúd del mejor Punisher en mucho tiempo.
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