
Woody Allen tiene una digna heredera, ahora que él ha entrado en una dulce decadencia pesetera. Ella se llama Helen Hunt, y su película "Y entonces llegó ella", difiere de las comedias amables en las que ella ha marcado un género muy particular, muy judío americano femenino, en que ahora es más sincera y auténtica, sin rodeos ni manierismos. Una obra personal, divertida, ácida y dramática, en la que ella no es la comparsa de nadie, sino la protagonista total contando una historia muy humana, femenina pero no agresiva ni pedante, sencilla e irónica.
Es una película pequeña, que bebe de todas aquellas donde ha participado como actríz pero sin desmerecerse a sí misma, a su propia historia.
Una cinta de madurez, de definición, de valentía, de tirar p´alante.
Comentarios