En un día extraño, hostil y solitario (previo a la marea navideña que me ha mantenido lejos de este blog) MY BLUEBERRY NIGHTS se cruzó conmigo casualmente y de forma inesperada, como un ungüento para mis heridas y un bálsamo de lágrimas para mi ánimo. Mientras me sumergía en ella (hacedlo en v.o., como siempre os repito) oía bajito a mi oído la canción aquella sobre mi unicornio azul que ayer se me perdió, esa que sonaba en la barra de un bar en el corto de Wong Kar Wai para la serie The Driver. Esto sí es dar un buen salto a occidente.
Blog de películas, en una época en la que ya nadie lee blogs y donde no se sabe si el cine se seguirá proyectando en salas o sólo en plataformas, tabletas y teléfonos móviles.
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