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GOMORRA : "Disparando al mar"


El viernes salí con mal cuerpo del cine. Creo que no fue producido por una indigestión o el normal constipado de estas fechas, fue Gomorra, la película.
No he leído el libro de Roberto Saviano, ensayo de investigación por el que este autor italiano ha sido amenazado de muerte por la Camorra, pero viendo la magnífica adaptación cinematográfica, uno entiende mejor a lo que nos enfrentamos.
Cuando intelectuales italianos critican la idealización que ha hecho el cine y la televisión de la mafia, tienen mucha razón, porque no hay nada de mito ni de glamour en estas guerras por el poder de esta industria paralela, estas empresas y negocios alternativos que extienden sus redes donde ha fracasado el Estado. Viendo este mundo napolitano, cutre, hortera y tercermundista, se piensa en las favelas de Brasil, el cártel colombiano y tijuanense, los afganos y el comercio de la heroína, el norte de áfrica y las redes de inmigración. Todo está conectado y globalizado. Los personajes de Gomorra son piezas del gran engranaje económico y homicida, decadente, sin moral, nihilista y violento. El sensato sólo puede querer escapar, huir de aquello y buscarse una vida segura, aunque se tenga menos dinero.
Si hay países donde el narcotráfico y las mafias han suplantado a los gobiernos, (Véase Colombia y México), quizá en aquella parte de Italia haya esperanza, porque hay conciencia de que Italia es una país europeo y que tiene que alcanzar unos estándares de desarrollo y seguridad que las diferentes mafias impiden. No da la impresión en la película de que las fuerzas de seguridad italianas no existan ni actúen, sólo que hacen acto de presencia cuando hay asesinatos y conflictos graves, pero no impiden los tejemanejes diarios, la estructura del negocio, que va desde los pequeños camellos de barrio y extorsionadores de negocios hasta delincuentes de cuello blanco que controlan la distribución de residuos tóxicos de las diferentes industrias, el mundo de la moda o constructoras perfectamente legales con sus proyectos de urbanizaciones. (Pienso en el levante español, donde la Camorra ha encontrado una base favorable para desarrollar sus negocios inmobiliarios).
Hay personajes en esta cinta que dan mucha pena, porque los ves desde el principio como carne de cañón cuyo destino es la cuneta. En realidad, siendo un fresco variado de diferentes seres humanos presentes en ese mundo, hay varios que podrían ser uno solo, con diferentes edades y momentos muy específicos dentro de la estructura mafiosa. Incluso, un sosias de Roberto Saviano, el autor del libro, con el que comparte nombre, aunque sin ser escritor, que no siendo el narrador ni el protagonista, toma una decisión ética (no moralista) y abandona su oficio nauseabundo.
No sé si el director ha tenido la intención de parodiar desde la realidad más absoluta al cine convencional de Tarantino o de Coppola, pero hay dos escenas, el del atraco de los dos principiantes de mafiosos a unos billares, y el del padrino moribundo que en su lecho de muerte aún tiene fuerzas para negociar precios con su empleado-ejecutivo-resolvedor de entuertos-lobo en pulp fiction, que para mí, superan a aquellos dos grandes creadores, porque la realidad siempre supera a la ficción. (Sí, ya sé que Gomorra sigue siendo ficción, pero con un tono más documental)
Si alguien recuerda Ley 627 de Tavernier, película que habría que recuperar porque reinició otro estilo europeo más realista de tratar el mundo de la delincuencia y de la policía, entenderá mejor Gomorra. Esta película italiana no pretende ser un ejercicio de estilo a lo Scorsese, no hay movimientos de cámara espectaculares ni violencia coreografiada, ni un montaje frenético ni esteticista. No se pretende autoría, sólo mostrar de manera efectiva y bien realizada lo que retrata, un estudio sociológico sin concesiones de un modo de vida sin salida.

Comentarios

Ultimate ha dicho que…
No creo que sean estilos excluyentes, el realismo descarnado de Gomorra o Ley 627 y el virtuosismo cool de Scorsese, DePalma o Guy Ritchie. Hay términos medios también, como Tropa de Élite y Ciudad de Dios.

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