

"Cuando hacemos el amor a una mujer nos vengamos de todas las cosas de la vida que nos han vencido" David Kepesh.
Kepesh también explica que un libro cambia en cada ocasión que lo leemos. Una película a veces también. Elegy no volverá a ser la misma, ni en televisión ni en DVD, que cuando la ví de madrugada en el cine de verano Fuenseca.
Mirándola recordaba otra historia, la de Guinevere. La cámara con la que Kepesh retrata a su maja desnuda es la misma con la que Stephen Rea seducía a Sarah Polley, y la que ella usaba después para retratar la decadencia del maduro seductor de jovencitas.
En la elegía de Kepesh, observamos todo desde su perspectiva, él es el narrador y protagonista. En Guinevere lo es ella. Pero la vivencia es similar, el enfermo finalmente siempre es el otro, al que volvemos después de una separación prolongada. Al observar desde fuera a Don Juan, en Guinevere nos queda evidente su patetismo entrañable de animal moribundo.
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