
Nada que ver, no hay que buscar una estructura enrevesada o un juego con el espectador que no sea el de pasar un rato muy entretenido con una historia eficaz en la que sabemos el desenlace pero no la forma en la que el protagonista llegará a ese final.
Una muesca más en la culata de Guy Pearce, actor que acumula thrillers con vocación diferente, como la mencionada Memento, Ravenous o ésta LA PRIMERA NEVADA, que evita caer en los tópicos narrativos más predecibles para navegar por otros (igual de tópicos) pero más apetecibles, emocionales incluso en su recta final, subrayada por una música poética.
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