Ondina, nereida, ninfa, xana, también sirénido... Es de esas películas románticas germanas, digamos europeas a secas, que se te queda grabada por un largo tiempo. Sencilla, natural, pasional, bella, triste, vitalista, con unos actores que derraman química y pura cinemática.
El cine que ya no hace Julio Médem, ni Tom Tykwer, pero que una vez realizaron. El que quizá aún hace Bajo Ulloa, o el cine polaco; lírico, antropológico, romántico en el mejor sentido. Y la arquitectura de Berlín, sus lagos, su encanto (acuático)...
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