"Las niñas" es la película que tendría que estar haciendo Víctor Erice y no hace. Me han descubierto a una nueva Ana Torrent de cría. El cine español que se hacía antes, lo están realizando ahora las directoras. Antes teníamos a Pilar Miró y Josefina Molina, más académicas, y con una mirada no tan "femenina", en mi opinión. Después llegaron las Iciar Bolláin, Chus Gutiérrez, Isabel Coixet, y otras tantas, que renovaron la mirada de forma diversa, convirtiéndose ya en veteranas, quizá más militantes. Y lo que distingo en las nuevas realizadoras es más intimismo en las historias, más humildad y sencillez, menos militancia y más feminidad. Queremos mujeres que cuenten historias de mujeres, que nos relaten sus puntos de vista, pero que hagan cine y no panfletos, porque en los argumentos y personajes ya está construida la problemática, la denuncia, sin necesidad de subrayar. Que la mujer se vaya incorporando a todos los ámbitos, aportando su propia mirada, debería ser lo normal, sin aspavientos. Nos enriquece a todos. Presumen de que la famosa serie Fleabag (en Amazon) es feminista, cuando yo la veo como una serie creada por una mujer con un sentido del humor muy particular, con una visión de la familia demoledora, etc.. A mí me enganchó hace años, antes de que se pusiera de moda. Y soy un espectador hombre. No me rechinó su visión femenina moderna, ni su tratamiento de los hombres, porque ella describe también su relación con otras mujeres; su hermana, su madrastra, su amiga muerta, y además, cómo se relaciona con su cuñado, su padre, sus amantes y hasta con un cura. No va soltando discursos feministas, solo muestra a un ser humano actuando y reaccionando en situaciones llevadas al extremo. Queremos a su personaje y deseamos verlo más. No es que haya que hacer otras películas de Mujercitas o de Madame Bovary, para ver a sus personajes como mujeres empoderadas (palabro que odio), es que las novelas ya mostraban a mujeres que se salían de la norma, ya aparecían como personajes de carne y hueso, no necesitaban exagerar que controlaban sus vidas, por mucho que sus épocas las limitaran como mujeres. El personaje de Fleabag es una heroína romántica, heredera de todas aquellas. Una heroína no escrita por un hombre, sino por una mujer. Un buen personaje. Eso mismo es lo que queremos, buenos personajes. Cuando te acostumbras a estar con mujeres, en la realidad o en la ficción, ya no quieres ver a tantos hombres, que parecen más planos, aunque hay de todo.
En la serie Motherland, también en Amazon, no necesitan remover tanto el dogma de la diversidad (raza, lgtbqi, etc.., aunque lo hay), porque la premisa es una ucronía donde las brujas de Salem son la élite que gobierna en Estados Unidos, altos cargos militares que entrenan solo a mujeres brujas, y los hombres son el sexo pasivo, los que cuidan a los niños, los que son elegidos por las mujeres, que por fín tienen la iniciativa en el cortejo y pueden ser rechazadas en algunas ocasiones. Al plantear esto, la serie no tiene que empoderar a ninguna porque ellas ya son las que mandan. Y en esa sociedad, no son tampoco "seres de luz". Hay mujeres terroristas, militarizadas, guerreras, etc... Las hay marimachos, otras muy femeninas, lesbianas, heteros, como en la vida. Las hay más tranquilas y otras más nerviosas y activas, pero todas tienen un rol dominante. No se ve a ninguna amamantando ni adoptando un papel maternal. La maternidad es la última frontera que arrebataremos los hombres a las mujeres. Ellas se dedicarán a los asuntos de la guerra, mientras nosotros nos quedaremos, felices y sosegados en casa, con nuestros hijos.
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