En Daredevil, emitida por Netflix, no he visto una serie más católica, con un protagonista ciego cuyo martirio son las palizas que le dan en cada episodio, una especie de guerrero cristiano que de forma quijotesca deshace entuertos de barrio, y que es tremendamente seductor con las mujeres, incluso las monjas. Como buen católico, tiene severas crisis espirituales y piensa que su Dios le ha abandonado, o que mira para otro lado. Hay una chica, rubia/pelirroja casi transparente, que es periodista, y que da imagen de idealismo inocente y puro, una vírgen en toda regla. Ahora que se nos ha ido Stan Lee, hay que reconocerle su labor de creador de mitos modernos, que forja personalidades heroicas que provienen de las diversas tradiciones culturales y religiosas. Un genio.

Blog de películas, en una época en la que ya nadie lee blogs y donde no se sabe si el cine se seguirá proyectando en salas o sólo en plataformas, tabletas y teléfonos móviles.
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