

Este señor de arriba, el actor y el personaje, su historia personal y cómo la maneja, la forma en que vierte su fracaso vital en una historia luminosa, que va ganando cuando al autor le va peor, es lo que más me ha gustado de esta película. La fotografía gris, melancólica y callejera de Buenos Aires, el lugar "real", en contraste con la más colorista y saturada de su Madrid imaginario, y que por primera vez, seamos nosotros los mitificados. Pero ojo, el argumento del guión que va escribiendo nuestro argentino, aunque la pareja pueda caer simpática, es anodino y tópico, lo realmente interesante es lo que le sucede al autor. Película sencilla, sin subrayados, honesta, sincera, triste pero a la vez esperanzada, y con unos actores en estado de gracia, sobretodo los del lado argentino. Y este señor de arriba, este pedazo de intérprete, al que dan ganas de abrazarlo y decirle : -Tío, pibe, agarra ese barco y ve tras esa chica. Andá, corré a Montevideo.
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