
A veces se entiende aquel antiguo desprecio de los españoles por su propio cine, al considerarlo pobretón y de mala calidad. Paradójicamente, esta película tuvo éxito en taquilla, creo yo que de forma oportunista por el tema candente del que habla más que por la calidad fílmica, bastante penosa. He visto comedias malas, regulares y buenas. Ésta debería estar etiquetada como de las peores. Y los actores, buenos en su mayoría, hacen lo que pueden con el guión y la dirección que tienen entre manos. Perdiendo el norte no es una película de cine, como mucho podría ser una tv-movie o una telecomedia de formato alargado. Es facilona, tópica y desaprovecha un buen tema. Deberíamos vendérsela a los alemanes para que sus televisiones la programen por la sobremesa, al igual que la 1 hace con los infames telefilms germanos. Por cierto, cuando aparece Pepe Sacristán, se los merienda a todos y la peli sube enteros.
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