Cuando enfrentamos al cine español con el americano, pueden parecer mundos en colisión. Por nuestro proverbial complejo de inferioridad, nuestro plantel de actores bajitos y feos, llenos de comicidad y campechanía, dan la impresión de pertenecer a un cine local sin mucha importancia, que no tiene nada que hacer con respecto al que consideramos el CINE de verdad, el norteamericano. La vida inesperada, aún siendo en muchos aspectos un tributo al Nueva York de Woody Allen, al que mira de frente, sin sentirse pequeño, contiene también algunas pocas verdades sobre nosotros, los españoles, y sobre temas más universales, el compromiso en el amor, el riesgo, la gestión del fracaso, los sueños, la deriva de la vida, etc.. Javier Cámara, inconmesurable, consigue por primera vez, ser el "galán" improbable y raro, pero galán, de una historia romántica con una americana. Y te crees que este actor pudiera tener una carrera allí, si se lo propusiera. Por eso digo que nuestro cine, nuestros actores, no están por debajo de ninguna cinematografía. Pueden con todo. No hay nada como salir al extranjero para vernos con más objetividad, para querernos y aceptarnos como somos.
Blog de películas, en una época en la que ya nadie lee blogs y donde no se sabe si el cine se seguirá proyectando en salas o sólo en plataformas, tabletas y teléfonos móviles.
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