Upside Down. En otras manos, como las de Christopher Nolan ó Andrew Niccol, esta fábula distópica podría haber sido otra cosa. Y no es que sea incorrecta ni le falte encanto, pero su falta de ambición, quizá por ser una producción franco-canadiense que abusa de la pantalla verde para crear demasiado presentes estampas digitales, hace que uno la contemple como un álbum bonito de fotos. El guión y el planteamiento estético son ingeniosos, dos mundos-espejo como metáfora de las clases sociales, de una sociedad rica, desarrollada y explotadora, y de otra obrera y mano de obra esclava de la de arriba. Kirsten Dunst está más sosa que nunca. Parece que no se cree su papel, menos cuando besa al protagonista, y ahí sí pone énfasis. Le tengo más aprecio a Jim Sturgess, quizá desde aquel maravilloso musical Across the Universe, donde hace casi el mismo papel que en esta cinta, un chico frágil, alocado y apasionado. Mientras veía las imágenes, fantaseaba sobre cómo sería la traslación de esta historia al cine mudo fantástico, si sería similar a "Metrópolis" u otras producciones de los años 20. La raíz de la película, que es la diferencia de gravedad de las dos sociedades humanas, supera a la historia en sí, y plantea escenarios posibles en performances, videoclips, videos experimentales, etc.. Es algo muy sugerente, como ver un cielo que es una ciudad desde la terraza del gran Café Dos Mundos.
Blog de películas, en una época en la que ya nadie lee blogs y donde no se sabe si el cine se seguirá proyectando en salas o sólo en plataformas, tabletas y teléfonos móviles.
Comentarios