Luc Besson ha prometido que No habrá una tercera entrega de VENGANZA. Yo creo que no sólo la habrá, sino que en ella Liam Neeson matará a toda Albania, antes de morir rescatando a su yerno. O algo así.
En VENGANZA CONEXIÓN ESTAMBUL Neeson vuelve pegando unas hostias de esas de padre. Su pelea final con un albanés gitano bajito en chándal es antológica. El villano Rade Serbedzija es perfecto porque por una vez no hace de ruso, sino de un sitio que le pilla algo más cerca (es macedonio). La moraleja cani de la peli sería algo así como "No vayas a Turquía que está llena de gitanos vengativos". Y es que, pese a ser una digna secuela de la anterior VENGANZA que recibimos con entusiasmo y aplausos, la repetición forzada de situaciones y poses en esta tiene algo cómico, seguramente involuntario.
El protagonista me recuerda un poco a Jack Bauer, el de las primeras temporadas de 24, que aún no era un superhombre infalible e indestructible sino un héroe de acción vulnerable y un poco perdedor. Pese a lo más holgado del presupuesto, las escenas de acción no superan a las de su precedente, si bien la realización de Olivier Megaton (¡Bum! :P) no está mal.
Quiero una última entrega que cierre la trilogía, donde los tópicos gringos colegas de Neeson entren en acción también y la historia con su ex se cierre de una vez.
Esos vaivenes sentimentales con la familia me recuerdan a los de John McClane, que no mejoran con la edad.
Casi en lo paródico también la peculiar y estresante clase de conducción de Neeson a su hija en plena persecución por las calles de Estambul, y en lo reflexivo el planteamiento de su enfrentamiento con los patriarcas albaneses que necesitan vengar la muerte de sus hijos.
Blog de películas, en una época en la que ya nadie lee blogs y donde no se sabe si el cine se seguirá proyectando en salas o sólo en plataformas, tabletas y teléfonos móviles.
Comentarios