Sólo por el visionado de este trailer, puedo decir que la estética de Avatar parece haber marcado bastante en las nuevas películas "pulp" del espacio. Por lo poco que recuerdo de mis gustos infantiles y juveniles, Edgar Rice Burroughs es de esos autores de fantasía heróica de principios del siglo XX, que creó a Tarzán, y que junto a Robert E. Howard, autor de Conan el Cimmerio, llevaron al gran público de la época, el género mestizo de la fantaciencia heróica, donde héroes terrícolas luchaban a tiros o con espadas contra los "nuevos indios malos", los marcianos, y salvaban a princesas de reinos ultraterrestres. Hoy en día, con el perfeccionamiento de los efectos especiales y el 3D, a los que llamo "los nuevos dibujos animados", es posible crear esos mundos en la pantalla, como una evolución del primigenio cine de Mèlies, en el que la Luna y Marte estaban presentes como imaginario popularizado por Verne y otros. De 1924 es Aelita, Reina de Marte, película rusa de Protazanov, que influyó en Metrópolis y Flash Gordon. Desde casi que se inventó el cine, las películas de ciencia ficción o del espacio han servido para reflexionar sobre nuestro propio mundo, sus sistemas sociales, económicos o políticos. Y aunque el cine americano siempre prime al entretenimiento, suele existir una soterrada intención ética y metafórica en el fondo.
Sólo por el visionado de este trailer, puedo decir que la estética de Avatar parece haber marcado bastante en las nuevas películas "pulp" del espacio. Por lo poco que recuerdo de mis gustos infantiles y juveniles, Edgar Rice Burroughs es de esos autores de fantasía heróica de principios del siglo XX, que creó a Tarzán, y que junto a Robert E. Howard, autor de Conan el Cimmerio, llevaron al gran público de la época, el género mestizo de la fantaciencia heróica, donde héroes terrícolas luchaban a tiros o con espadas contra los "nuevos indios malos", los marcianos, y salvaban a princesas de reinos ultraterrestres. Hoy en día, con el perfeccionamiento de los efectos especiales y el 3D, a los que llamo "los nuevos dibujos animados", es posible crear esos mundos en la pantalla, como una evolución del primigenio cine de Mèlies, en el que la Luna y Marte estaban presentes como imaginario popularizado por Verne y otros. De 1924 es Aelita, Reina de Marte, película rusa de Protazanov, que influyó en Metrópolis y Flash Gordon. Desde casi que se inventó el cine, las películas de ciencia ficción o del espacio han servido para reflexionar sobre nuestro propio mundo, sus sistemas sociales, económicos o políticos. Y aunque el cine americano siempre prime al entretenimiento, suele existir una soterrada intención ética y metafórica en el fondo.
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