
Cuando vi las primeras imágenes de la nueva teleserie TEEN WOLF sentí el temor de que este moderno lobo adolescente se alejara definitivamente del original para asemejarse a la saga CREPÚSCULO en toda su gazmoñería. Afortunadamente, aunque algo de eso puede haber y si bien el modelo que sigue no es cercano al del film original protagonizado en los 80 por Michael J. Fox, distanciándose de la comedia de situación absurda con aquellos licántropos familiares y bonachones que parecían monitos y, seguramente gracias al enfoque que le aportan sus actuales responsables, entre los que destacan el productor/director Russel Mulcahy (que será recordado sobretodo por LOS INMORTALES y algunos films más, como RICOCHET y LA SOMBRA, y olvidado por otros muchos) y el escritor de cómics/guionista Jeph Loeb (capaz de lo mejor y casi lo peor en medios gráficos y televisivos), una de las cabezas pensantes de SMALLVILLE, tan adictiva como en general decepcionante, pero cuyo planteamiento de mala copia de BUFFY CAZAVAMPIROS es recuperado y en principio reaprovechado con mayor coherencia y atino en el primer episodio de TEEN WOLF.

En la primera parte del episodio (de apenas 40 minutos), se muestra de forma entretenida la presentación de personajes y la aparición de las capacidades especiales del protagonista (que esta vez no es un licántropo de nacimiento, sino mordido por otro), de una forma que puede recordar a cuando se hacían patentes las mismas al comienzo de SMALLVILLE (hace ya 10 años, puede que en sus mejores capítulos). Pero cuando todo parece indicar que vamos a ver a un hombre lobo tratado como un superhéroe hacen aparición otros aspectos más clásicos e interesantes de la licantropía (el instinto violento, la amnesia matutina..) y algunos que incluso recuerdan a la peli original (el prota se convierte en una figura del deporte escolar, en este caso el lacrosse, aunque sin necesidad de una transformación completa).

Jason Bateman fue el lobo adolescente en TEEN WOLF 2.
La metamorfosis en lobo tiene algo de espíritu de film ochentero de serie b, aunque no tan radical como el de las recordadas AULLIDOS o UN HOMBRE LOBO AMERICANO EN LONDRES sino más cercana al modelo de LOBO, con Jack Nicholson, y con mucho menos pelo que EL HOMBRE LOBO de Lon Chaney Jr., Benicio del Toro o Paul Naschy.
La profusión de melodías pop rock nos recuerdan que la Mtv fue una vez una emisora musical (cadena para la que la MGM produce la serie) y aportan dinamismo a una historia sencilla y trillada pero agradecida que se sigue con interés por saber como continuará, aunque el inevitable ribete romántico augure lo peor.

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