
(La fin du film)
Cada vez se ve más claro quiénes serán las viejas damas del cine europeo en el futuro.
Al igual que ya lo son Carmen Maura ó Catherine Deneuve, Juliette Binoche, de una generación posterior, tiene todos los papeles para ser considerada una de las grandes.
En “Copia Certificada”, destacaría sobretodo, a la pareja protagonista, y a la cada vez más mediterránea Binoche, totalmente creíble como esa fan francoitaliana de ese autor pedante que divaga sobre los límites de la representación, de si es tan válida la copia como el original, ya que lo que importa es el concepto, el argumento, el mensaje.
Consiguen tal grado de química en su relación, que casi no se nota esa brillante transición a esa otra cosa, se acepta con naturalidad. Y bueno, esos pueblos y paisajes de la Toscana, esos paseos por las calles empedradas, los cafés y los museos italianos, tan reales. Kierostami está presente en esta su primera película europea, y donde más lo noto es en la escena de unos novios fotografiándose en las catacumbas de lo que parece un palacio, junto al árbol de la vida, o en la secuencia final, misteriosa, enigmática, en el hotelito encantador de la plaza principal del pueblecito.
En esa secuencia te preguntas ¿qué está pasando aquí?, ¿es la despedida de una relación que se rompe o de una simple representación que va a terminar ya?
El hombre ante el espejo, mirándose antes de marcharse, y detrás el sonido real, no representado, totalmente original, no atrapado, de las campanas repiqueteando, haciéndonos volver a la realidad, y al fin de la película.
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