



Sí, Tron es un colega del colegio de todos aquellos treintañeros que disfrutamos con aquella peli mítica de los 80, tan extraña, tan visionaria, cuando nadie sabía lo que era un avatar y las redes sólo las utilizaban los pescadores.
El inicio de Tron:Legacy es puro homenaje, con ese tema hard rock ochentero del grupo Journey, que ya creó la b.s.o. del primer Tron de 1982. Leyendo la ficha de Wikipedia de ese Tron primigenio, veo que había ya muchos datos informáticos que como niño y profano, a mí se me escaparon de la película. Pero me quedo ahora con la emoción recuperada de chaval en la nueva entrega, que se adentra en un mundo donde la realidad virtual e internet son el pan de cada día, por lo cual, la tecnología no es la novedad en este caso, sino la búsqueda del Padre, el Genio de la Máquina, El Deus In Machina. Si la primera cinta tenía muchos elementos de ese cine antiguo fantástico como Metrópolis, ésta nueva no puede evitar tener como referente a Mátrix, la película fetiche del siglo XXI. Uno anhela encontrar rastros analógicos y físicos en ese mundo paralelo, donde el ser biológico se mezcla sin problema con programas, y donde surgen seres híbridos (biodigitales) creados en la red de forma espontánea, como nueva vida bacteriana, a la que da vida una increíblemente hermosa Olivia Wilde (House). Es curioso encontrar al padre, al viejo Jeff Bridges, como un santón budista, que medita en la posición del loto, en esa maravillosa casa virtual zen construida en la roca, desde la que contempla la ciudad virtual creada por él y sus colegas de ENCOM. Lo que más me sacaba de la ensoñación, lo que me alejaba de la historia, fue la representación virtual de un joven Bridges, su avatar allí, pues por fortuna, todavía la ciencia informática no ha logrado crear rostros humanos que parezcan reales. Pero se lo perdoné, porque en ese mundo no chocaba un actor renderizado.
El hijo que buscaba al padre perdido como Jonás en el interior del vientre de la ballena virtual, somos nosotros, los nostálgicos que pedimos continuar la aventura después del fulminante gameover en la máquina de marcianitos.
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