

Alle Anderen, Todos los demás.
Cada pareja es un mundo, con su propio lenguaje y gestos, con códigos únicos de comunicación, con altibajos, con malentendidos, con representaciones.
Muchos cineastas, desde los albores de la Nouvelle Vague o el Free Cinema, han querido plasmar de forma realista, aunque no desprovista de poética, las relaciones humanas sin estereotipos, casi como una labor documental.
Tenemos el ejemplo de "Intimacy" (Intimidad), o de "Ficció", o aquellas del desaparecido Eric Rohmer, que mostraban las relaciones amorosas como si el espectador se infiltrara de manera natural en estas vidas ajenas, sintiéndolas como propias.
Hay momentos de cine grande, y la experiencia que me ha dado el contínuo visionado de películas, me dice que son aquellos en los que este arte logra reflejar la verdad de la vida, usando la ficción, o fotografiándola sin que se note el filtro de la representación, o cuando simplemente ésta no existe, porque la interpretación del actor en ese momento de la grabación del instante, es auténtica y transmite credibilidad y verdad.
Sin ser una gran obra, Entre Nosotros es bella, y tiene ecos de ese cine europeo de los 60 y 70 que tanto me gusta, esas películas con Alain Delon y Romy Schneider, Michel Piccoli y tantas estrellas de nuestro continente cuando Europa aún poseía una industria propia.
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