LA NÉMESIS DE LOS CLONES (UN NO PARAR)
RESIDENT EVIL: ULTRATUMBA recupera el brío de la primera entrega (a la que posiblemente supera) en manos del realizador de aquella y responsable de producción de toda la saga. Vi el film sin el 3D, que le beneficia sin duda por el clasicismo épico de las tomas, repletas de cámaras lentas, movimientos suaves y elegantes, que narran la historia como un extenso clip musical desde la primera imagen, lo que podría resultar negativo en otro tipo de cine, pero es una virtud para esta cinta. Tras el completísimo y deslumbrante prólogo de la historia (o epílogo de la película anterior, EXTINCIÓN, con un ejército de Alices en pleno ataque), incluso el ya habitual bajón en la narración se antoja más breve y justificado (también más entretenido) que en el film anterior - el más flojo hasta ahora - , y la franquicia se reinicia en cierta forma dando continuidad a lo sucedido hasta ahora. Por tanto, la aventura está empezada y no concluye (como en entregas anteriores) sino que culmina en un CONTINUARÁ con sorpresa incluida (durante los créditos finales aparece un personaje del videojuego al que no veíamos en las pelis desde la segunda entrega, APOCALYPSE, por lo que quizás algunos no la recuerden ni reconozcan. No es mi caso, dada mi admiración infantil por Sienna Guillory). Toda la estructura de la película se apoya firmemente en el desparpajo que Paul Anderson aporta a toda su filmografía (por endeble que sea el guión en el que se apoyen la mayoría de sus films) y en una banda sonora compuesta para el film como si una sinfonía de ópera tecnoRockindustrial se tratara, lo que da una tremenda fuerza a las imágenes, que utilizan todos los recursos imaginables vistos en la gran pantalla desde MATRIX para seducir y arrojar sensaciones al espectador. En esta nueva secuela, los zombis son casi lo de menos (cómicos en su tópico) y la acción se centra en un delirio visual con el tono onírico surreal poético que Alice imprimió a su interpretación del universo RESIDENT EVIL en el primer film (que era una suerte de descenso de Alicia (la de Lewis Caroll) a los infiernos de la Reina Roja (una forma de vida artificial que adoptaba la forma holográfica de una niña malvada).
Eso Sí, la peli coge múltiples elementos del videojuego más reciente - RESIDENT EVIL 5 - y los implementa de buena manera en un argumento sin nada en común con el del juego: aparte de lo visto en el trailer (el gigantesco zombi con aspecto de verdugo cenobita y los muertos/infectados con tentáculos por boca salidos de una fantasía de Lovecraft) tenemos los doberman aparecidos antes en las pelis pero con una repugnante mutación propia de LA COSA de John Carpenter, y escenarios familiares como el barco carguero de Citadel, un avión de Umbrella o la inevitable base secreta subterránea, donde tendremos el esperado enfrentamiento con el tan inhumano como soso Wesker en una situación calcada a la del videojuego. Aún así, los fanáticos de la franquicia japonesa deben dejarla a un lado para disfrutar plenamente de esta tetralogía cuya continuidad parece asegurada, y seguirla como a cualquier film de serie B - con mucho presupuesto para tratarse de coproducciones Anglonorteamericanogermánicas de Constantin films- con monstruos de ciencia ficción. Los que busquen fidelidad y coherencia con los juegos mejor céntrense en ellos o en el film de animación japonés RESIDENT EVIL:DEGENERACIÓN, pese a que las aventuras de Milla Jovovich cuentan en sus créditos con uno de los responsables de la génesis del producto, el nipón Kobayashi. Quizás como guiño al origen de todo esto asistimos a la destrucción de una gran urbe de su país ¿Tokio? antes de pasar al escenario definitivo de la acción, donde unas desesperadas pero bellísimas (y curiosamente muy maquilladas, para estar solas en mitad del apocalipsis) Milla Jovovich y Ali Larter encontrarán su destino, y a lo mejor, a Chris Redfield.
Comentarios