
Parte del reparto con el director.
PAINTBALL encadena con brío desde su escena inicial hasta su desenlace una serie de nítidos y largos planos secuencia al estilo de la cámara al hombro (en realidad mucho más complejo que eso, como se ve en su completo making of, auténtica galería de las variadas técnicas empleadas y efectos especiales - incluidos los de la oscarizada compañía DDT - necesarios para el film), elegantes y nada farragosos, en una trama sencilla pero con interesantes giros y algunos hallazgos visuales momentáneos que resultan inquietantes, con una producción de factura impecable e internacional que quizás hubiera obtenido mayor crédito entre la crítica si se tratase de la penúltima muestra de horror malsano francés en lugar de una producción Filmax de las que en ocasiones pasan más o menos desapercibidas por la gran pantalla, como la también estimable LA MONJA. El complemento ideal para ver en programa doble con EL REY DE LA MONTAÑA (también española, reciente, y poblada de francotiradores campestres, aunque con marcadas diferencias dentro de su compartido tono de thriller terrorífico).
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